Llega el otoño y los amantes de la naturaleza lo tienen claro: es el momento de los bosques y de disfrutarlos cuando lucen su aspecto más espectacular.
La Sierra de Candelario se viste con los colores más bellos imaginables: álamos dorados, castaños de un cálido naranja, robles de un ocre apagado, pinos de un amarillo intenso y cerezos y arces de un rojo brillante. Todas esas tonalidades orquestan uno de los más bonitos lienzos naturales para contemplar y fotografiar hasta que el viento se lleve las hojas, llegue el invierno y los árboles se echen a dormir.
Es un auténtico placer para los sentidos pasear por frondosos bosques de colores, sentir el crujido suave del manto de hojas bajo nuestros pies, escuchar el murmullo de los arroyos que nacen ruidosos en las montañas y perdernos entre las callejuelas de un pueblo, Candelario, que parece haberse congelado en el tiempo.
Época de castañas
El otoño es la época de las castañas. Su recolección es un laborioso proceso que comienza normalmente en octubre y dura aproximadamente un mes, dependiendo de las variedades de castañas y localizaciones geográficas.
La caída del fruto suele ser espontánea al llegar la madurez. En el suelo los erizos se abren para dejar al descubierto las castañas. Los que no se abren al caer se golpean para que se abran y recoger el fruto.
La recogida se hace a mano con unos guantes para evitar pincharse con las púas de los erizos.
En Candelario, las castañas asadas o los famosos calbotes son protagonistas a primeros de noviembre, donde serán distribuidos entre multitud de vecinos y visitantes a Candelario.
Calbotes es el término con el que se designa en algunas zonas de las provincias españolas de Zamora, Ávila, Salamanca, Cáceres, Badajoz y Toledo a la castaña asada.
¿Aficionado a las setas?
La Sierra de Candelario es toda naturaleza, con abundantes bosques de pinos, robles y castaños hacen de esta tierra el lugar perfecto para el desarrollo de setas y hongos.
El Parque Micológico denominado ‘Sierras de Francia, Béjar (Candelario), Quilamas y El Rebollar’ cuenta con una riqueza micológica muy variada debido a su enorme biodiversidad. El paisaje se cubre de una variada vegetación de tipo mediterránea y atlántica: robledales y coníferas comparten espacio con abedules, encinas, castaños y acebos. Destacando en El Rebollar, los bosques de roble rebollo más extensos de toda la península. También podemos encontrar cultivos de vides, olivos y cerezos.
Es un magnífico enclave natural para desarrollar actividades de senderismo, especialmente rutas micológicas en las que encontrar especies tan variadas como son boletus edulis, boletus pinicola, amanita caesarea, lactarius deliciosus, cantharellus sp., macrolepiota sp., lepista nuda…
Su recogida
No se deben recoger más de los que nos podamos comer o de una cantidad permitida, si se indica en la zona. Ni coger, ni los muy maduros, ni los demasiados jóvenes. Se recomienda utilizar una cesta o cesto de mimbre, y no bolsas de plástico. Además de evitarle ese material al medioambiente, las setas se pueden estropear.
Y para extraerlas de su hábitat, hay que cortarlas con navaja, sin modificar el medio en el que los hallamos. Sí que se pueden limpiar, y de hecho se aconseja, librarlos de hojas, tierra o pequeños fragmentos de naturaleza, en el propio bosque, un trabajo que ya no tendremos que hacer en casa, y el desperdicio del que nos desprendemos es bueno que quede en la naturaleza, donde podrá continuar su proceso natural como abono.
CANDELARIO ENAMORA
CANDELARIO PARA QUEDARSE
CANDELARIO ES… OTOÑO
